El trabajador de una empresa turística cumplió con la condición que le imponía su futura empleadora pero después no fue incorporado por razones ajenas.
Luego de comprobar que la empresa BMK SRL, como operadora de CVC Argentina, obligó a un trabajador a renunciar a su anterior empleo como condición para incorporarlo a su staff, circunstancia que luego no ocurrió por una causa ajena al postulante, con voto de Carlos Toselli, la Sala 10ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba condenó a la primera de las empresas a resarcir el daño material y el moral ocasionado al actor.
La cuestión fue protagonizada por Gustavo Miguel Barrera, quien exigió a la empresa de turismo BMK que le abone la suma de $60.000 en concepto de daño material (lucro cesante y pérdida de chance), como también de daño moral, por haberlo hecho renunciar a su empleo anterior en la compañía Bon Bini SRL como condición para incorporarlo, circunstancia que luego no ocurrió, siendo ese monto equiparable al que hubiera percibido de su ex empleador en caso de un despido injustificado más los importes correspondientes al seguro por desempleo.
Ante ese contexto, y al advertir que el caso se trata de un supuesto de existencia de un contrato de trabajo sin relación efectiva, el magistrado sostuvo que con la prueba testimonial el actor probó que “el sueldo acordado era de pesos dos mil ($ 2.000) más eventuales comisiones y así se justifica que hubiera abandonado un puesto laboral que le significaba mensualmente una suma de $1.500 promedio”.
Respecto de la pretensión de reconocimiento de daño por la pérdida de su antigüedad en la empresa donde prestó labores, el vocal entendió que la misma resultó “razonable, teniendo presente que conforme al plenario 241 de la CNAT en los autos: ‘Querro Oscar S. c/ Ferrocarriles Argentinos’ (…) dicha indemnización que cubre el tiempo de servicio devengado a favor de un empleador representa la ‘patrimonialización de la antigüedad’, por lo que en consecuencia su pérdida implica un daño cierto para el dependiente que no va a poder seguir contando con tal escudo de protección en su contrato laboral, por haber renunciado inducido por la convicción de que se generaba un mejor horizonte laboral, tanto en lo económico inmediato como en perspectivas de crecimiento futuro”.
Daño material
En consecuencia, el sentenciante confirmó que la indemnización por el daño material alcanzó “la suma de $15.700 ($1.570 como sueldo del mes de marzo de 2008, conforme al mecanismo del art. 245 LCT, por 10 ciclos, correspondiendo 8 ciclos al período de antigüedad perdida más 2 ciclos al período que le hubiera correspondido en el supuesto de la indemnización sustitutiva del preaviso) más la suma de $4.080 correspondiendo a la pérdida del subsidio por desempleo”.
Respecto del daño moral, el juez consideró justo y equitativo fijar dicho quantum en la suma de $10.000, aclarando que este importe “no representa un mejoramiento de fortuna indebido de quien padeció el daño moral ni tampoco implica una sanción tan gravosa para la accionada como para que ponga en riesgo la subsistencia de su fuente laboral, pero contiene además el contenido moralizador”.
Fuente: www.comercioyjustcia.com.ar